LA LECCIÓN QUE NO ESTABA EN EL LIBRO.
En los centros solemos decir que no todas las lecciones se aprenden entre cuatro paredes. Algunas se viven. Y el pasado 7 de octubre, Extremadura entera fue una gran aula abierta, el profesorado enseñó con el ejemplo que la dignidad, cuando se comparte, se multiplica. No hubo pizarra ni examen, pero sí una lección que quedará grabada en la memoria colectiva, la de la unión del profesorado extremeño.
Decían que no nos moveríamos, pero miles de docentes salieron a la calle en una huelga que superó cualquier expectativa. No hubo siglas por encima de causas, ni egos por encima de principios. Solo una voz firme, la de quienes educan a los hijos de esta tierra y reclaman, con serenidad y justicia, lo que hace demasiado tiempo se les niega. La unión del profesorado y el compromiso compartido fueron la materia principal de esa jornada.
Esa imagen, la de miles de docentes unidos, pacíficos, reivindicativos y firmes, vale más que cualquier discurso. Y sí, esa unión es la mejor pedagogía que podemos ofrecer a nuestro alumnado, la de luchar por lo justo, con respeto, sin ruido, pero con determinación. Esa es otra lección, lección de vida, lección de justicia, lección de dignidad. Les estamos enseñando que los derechos no se mendigan, se conquistan; que la voz propia no se delega; que la dignidad profesional también se defiende con paso firme.
A las familias, también, les hemos dejado otra lección, que el profesorado extremeño, cuando se levanta, no lo hace por capricho, sino por convicción, que cuando un docente para, no lo hace por gusto, sino por dignidad, que sin nosotros, la escuela se detiene. La educación no se sostiene sobre el voluntarismo de quienes la hacen posible, sino sobre el reconocimiento justo a su labor. Tal vez, solo tal vez, ahora que algunos centros se vaciaron por un día, comprendan cuánto se pierde cuando los docentes no estamos ahí, pues, como suele ocurrir, poco se valora lo que poco cuesta.
Y para los y las que aún miden la justicia en porcentajes y el mérito en PIB, conviene recordarles una pequeña paradoja: Cantabria, con un PIB inferior al de Extremadura, paga mejor a sus docentes. Curioso, ¿verdad? Será que allí el valor del conocimiento cotiza más alto, o que aquí seguimos descontando la profesionalidad a precio de resignación. Tal vez sea hora de revisar el temario de economía, porque lo que no encaja en la tabla de Excel, encaja perfectamente en la tabla de la dignidad.
El 7 de octubre no solo fue una jornada de huelga: fue un punto de inflexión. Los docentes extremeños hemos recordado que la educación pública no se sostiene con promesas, sino con respeto y hechos. Y que cuando un docente alza la voz, lo hace por todos, por sus compañeros y compañeras, los presentes y los ausentes, por su alumnado y por una sociedad que, si escucha con atención, sabrá reconocer que en las aulas también se enseña dignidad, con la teoría y la práctica.
Sí, esta lección no estaba en los libros, y la mayor ironía es que hayamos tenido que cerrarlos para dar la lección, porque educar también es enseñar a defender lo que es justo. Y esta vez, la lección la superamos con nota, y sí tomaron nota.
Saturnino Acosta García, Presidente de ANPE Cáceres.