Se acaba un curso escolar atípico, nunca imaginado en ningún escenario posible. Pero los docentes, que no la Administración, lo hemos superado a pie de obra, los docentes. Con nuestros recursos, con nuestro trabajo y con nuestra profesionalidad, sin ayudas, sin pago y sin reconocimiento, es más, con escarnio.
Cuando cualquier funcionario o trabajador, podría haber exigido los recursos y materiales para desarrollar su trabajo, legítimamente, pero los docentes no han tenido ninguna pega ni problema, ni requerimiento, a poner a disposición de alumnos y familias sus propios recursos, ordenadores personales, red wifi, teléfonos, habitaciones e imaginación y esfuerzo, para poder llegar a todos esos alumnos que nuestra Administración han dejado, o abandonado, a la profesionalidad altruista de unos funcionarios a los que han traicionado, y lo digo con pena, con sus recortes en plantillas, que conllevará paro, y sin una subida salarial del 2% que saben deben acometer tarde o temprano.